Jugando con moldes

Éste martes me llegaron más pedidos que hice en Ebay, y de inmediato me puse a revisarlos y a sacar ideas de qué hacer con ellos.

Se trata de una organizadora para bolsa –ya tengo una, y la amo, por éso quise otra más –, unos stickers de polaroid para mi happy planner, y 2 moldes orientales, uno para hacer onigiris (el triangulito) y el otro, como ya se habrán dado cuenta, es un molde de hello kitty.

El de onigiris, como es obvio, es para dar forma de triangulitos al arroz para sushi, y éste puede sazonarse de distintos sabores, rellenarse, rodearse con nori para hacer sushi, o empanizarse para mayor placer.

Pero el de Hello Kitty es un reto distinto, porque aunque el vendedor lo anuncia como molde para onigiri y sandwich, creo yo que puede usarse también para huevos duros y otras maravillas, así que… ¡a probarlo!

Como a mi me gusta mucho usar lunch boxes para el control de porciones, cuando vi éste moldecito en 3D se me ocurrió hacer unas croquetitas de atún. La receta es muy sencilla: 2 papas cocidas y hechas puré –yo le dejo la cáscara, pero si gustas puedes pelarlas-, 1 lata de atún, 1 huevo, más o menos 3/4 de taza de pan molido, y los extras que tú elijas al gusto, como sal de ajo, mostaza, apio picado, cilantro, queso parmesano, perejil, chile picado, zanahoria, elote, …uff! cualquier cosa! Sólo debes sentir una conistencia firme de la mezcla, si necesita más pan molido, pues lo pones hasta sentir la mezcla suficientemente firme entre las manos.

Bueno, el caso es que una vez formadas las bolitas las coloqué en mi molde de kitty =^.^=

Le puse un pedazo de plástico en el fondo para manipularlas mas fácil, y porque no tenía celofán y no me había dado cuenta…

Para cocerlas puedes obviamente freírlas, aunque yo prefiero el horno: las coloqué en una charola con aluminio y aceite en spray, y una capita más de aceite en spray encima de las croquetillas antes de meterlas a 350° por unos 20 minutos, hasta que tomen un tono doradito y se vean crocantes.

Para complementar hice un arroz a la mostaza (igual que un arroz blanco, pero se diluyen 2 cucharadas de mostaza por cada taza de arroz), ensalada de col de mi abuela, y un persimonio hallowinesco. Para el snack vespertino, un trozo de cheesecake de tortuga.

Aunque no quedó de “uff, que profesional!”, le di una manita a las caritas con mostaza, pintura negra comestible y salsa picante con tintura roja comestible.

Así quedó. El plato principal en la caja central, la verde para frutas y verduras y la morada para el postrecito.